
Ah, la Octava Energía, un manto de honestidad y justicia que te envuelve como si fueras una especie de caballero andante moderno. No es solo que sientas una inclinación hacia la equidad; es que comprendes de manera innata los entresijos de las causas y efectos que gobiernan nuestras vidas. Tienes una especie de radar social, un sexto sentido que te ayuda a conectar a las personas y solucionar conflictos antes de que siquiera se den cuenta de que hay un problema. Esto te convierte en un imán humano: la gente se siente atraída hacia tu energía equilibrada y segura. Además, tienes una habilidad casi sobrenatural para coordinar y dirigir, identificando intuitivamente cómo puedes beneficiar a cada individuo en una situación concreta.
¿Te suena familiar? Tal vez estés pensando: “Pero si algo sale mal, ¿cómo manejo eso?” No te preocupes. Si alguna vez te encuentras en una situación complicada, tu enfoque tiende a ser reflexivo, casi filosófico. En lugar de sumergirte en la preocupación, te preguntas: “¿Por qué me está pasando esto a mí?” Pero no desde un lugar de victimización, sino de genuina curiosidad, buscando la lección que la vida intenta enseñarte para que puedas seguir adelante.
Ahora bien, incluso las energías más elevadas tienen su lado oscuro. Es aquí donde entra el signo del infinito, que representa tu energía. Si no aprendes las lecciones que te vienen, te encontrarás en una especie de bucle infinito, repitiendo las mismas situaciones una y otra vez. ¿Te has encontrado alguna vez preguntándote por qué ciertas cosas solo te suceden a ti? Esa es la Octava Energía pidiéndote que tomes un momento para reflexionar, aprender y liberarte. En el lado más oscuro, puedes llegar a ser excesivamente crítico, juzgando a los demás según tus propias nociones de lo que es correcto o incorrecto, y te encontrarás en un estado constante de disputa si no tienes cuidado.
Es interesante, ¿verdad? Si alguna vez te has preguntado cómo podrías profundizar más en estas energías, recuerda que lo que te he dicho es solo la punta del iceberg. Podría decirse que estamos rozando apenas la superficie de un océano vasto y misterioso de autoconocimiento. ¿No es emocionante pensar en todo lo que podrías descubrir si te sumerges un poco más? No hay límites para lo que podrías encontrar. Ah, y una última cosa: si alguna vez te encuentras luchando contra la justicia según tu punto de vista, quizás sea el momento de reflexionar sobre lo subjetivo que puede ser ese concepto. Después de todo, cada uno de nosotros crea su propia realidad, ¿no es así?